MIGUEL ANGEL RIVAS ´S BLOG - 2010

Este es mi blog para todos ustedes, queridos amigos.
Una nueva forma de comunicarnos

A través de él podrán escuchar música, bajar fotografias y ver videos, además de dejarme sus comentarios u opiniones.
Espero que lo disfruten. Los quiero mucho

MIGUEL ANGEL

domingo, 18 de julio de 2010

No perdió la Iglesia sino la oposición

MATRIMONIO GAY

El resultado de la votación en la Cámara alta, este último 14 de julio, ha sido vendido a la opinión pública como un "Boca-River" entre el kirchnerismo y la Iglesia Católica. El vencedor sería el oficialismo y la Iglesia la derrotada.

Craso error.

La oposición no termina de reaccionar y darse cuenta de la profunda herida que la separa, hoy, del electorado.

La Iglesia Católica, salió mucho mejor parada de la contienda, concitando la simpatía incluso, del resto de las confesiones religiosas y de los no creyentes.

Es que el pueblo argentino, el 28 de junio de 2009 votó oposición y hasta ahora, más allá de algún encendido debate remarcado con el dedito en alto, no ha visto acciones efectivas que lleven al desalojo del Poder del matrimonio gobernante. Y aclaro para los obsecuentes profesionales, hablo de desalojo del Poder y no del cargo.

El pueblo argentino votó oposición y sólo recibe oficialismo por la cabeza; pónganle el nombre que gusten "derecho de minorías", "modernidad", "modernismo", "igualdad", "matrimonio igualitario", "blanqueo de situaciones". Lo cierto es que gran parte de la oposición votó disciplinadamente junto al oficialismo, y ésa fue su derrota.

La Iglesia Católica, representada por el Cardenal Jorge Mario Bergoglio en un principio, esquivó el guante.

Cuando el proyecto de matrimonio homosexual fue tratado en la Cámara de Diputados, declinó el protagonismo en favor de las distintas Iglesias Evangelistas. Bien sabía Bergoglio que Kirchner buscaba mojarle la oreja para convertir el "Boca-River" en una victoria para su alicaído gobierno.

Ante la media sanción en diputados, un cambio de estrategia -a mi entender acertado- lo llevó a tomar la iniciativa en contra de la Ley.

No es cierto que la Iglesia Católica haya sido vencida; la Iglesia no tiene diputados ni senadores; no tiene partido. Las votaciones a veces salen a favor, otras veces en contra de una postura pero aun en este último caso, nunca está dicha la última palabra. Los que verdaderamente fueron vencidos son los que ganaron su banca prometiendo oposición y terminaron bailando al compás de la música kirchnerista. Hasta los que se ausentaron convenientemente, como el Senador Menem, y los senadores Adolfo Rodríguez Saá, Juan Carlos Romero y Carlos Reutemann sólo reciben agravios de sus electores. Otra gran ausente, la diputada Elisa Carrió en el momento de la votación de su respectiva cámara. Con sus permanentes idas y venidas que nunca la llevan a ningún lado, siempre termina siendo funcional al kirchnerismo.

Independiente de las bondades o vicios de la Ley, darle una victoria política al kirchnerismo es desnaturalizar la función para la que fueron electos. Esa es su verdadera derrota.

No existe excusa para haber aprobado esta Ley, no fue plataforma política de ningún partido, no fue un reclamo de la sociedad, no se había instalado ningún debate.

El pueblo argentino que de traiciones sabe mucho, conjetura negociaciones espurias detrás de esta enorme trapisonda. Lo han dejado entrever los varios "cacerolazos" que se produjeron luego de la aprobación, frente al Congreso y en varias provincias argentinas.

Nobleza obliga, hoy casi no se habla de los senadores que perteneciendo al bloque oficialista, votaron en contra de la Ley. Merecen nuestro reconocimiento por una actitud más que valiente, suicida, en el contexto político en el que vivimos.

Capítulo aparte lo conforman los senadores radicales, principalmente Gerardo Morales y Ernesto Sanz, que pretenden liderar ese partido pero transan con el kirchnerismo. ¿Cómo pueden pretender dirigir un partido de oposición perjurando contra el electorado radical? Ellos fueron de los más derrotados.

El mismo vicepresidente Cobos, que vetando la Ley pudo encontrar el momento oportuno para dar el portazo y lanzarse a la candidatura presidencial, también fue vencido, por timorato y falto de visión.

En la pulseada propuesta por el kirchnerismo, la Iglesia mantuvo una posición unánime. Los renegados fueron suspendidos, no hubo grietas ni medias tintas. En esto fue más exitosa que el mismo gobierno.

Bueno sería que, en las próximas elecciones internas abiertas, obligatorias y simultáneas, los que no tenemos filiación política alguna rescatemos a los políticos que verdaderamente han servido los intereses de la Nación por encima de sus compañeros de partido, que traicionaron el mandato popular.

Aquí va la lista de la forma en que votaron la Ley de matrimonio homosexual:

Votaron por el Sí (33)

Frente para la Victoria (19): Jorge Banicevich (Santa Cruz), Eric Calcagno (Buenos Aires), Elena Corregido (Chaco), Liliana Fellner (Jujuy), Nicolás Fernández (Santa Cruz), Daniel Filmus (Capital Federal), Marcelo Fuentes (Neuquén), Pedro Guastavino (Entre Ríos), Marcelo Guinle (Chubut), Ada Maza (La Rioja), Blanca Osuna (Entre Ríos), Nanci Parrilli (Neuquén), Miguel Ángel Pichetto (Río Negro), Beatriz Rojkés de Alperovich (Tucumán), Teresita Quintela (La Rioja), Eduardo Torres (Misiones), José Pampuro (Buenos Aires), Lucía Corpacci (Catamarca) y Mario Colazo (Tierra del Fuego)

UCR (5): Nito Artaza (Corrientes), Gerardo Morales (Jujuy), Alfredo Martínez (Santa Cruz), Ernesto Sanz (Mendoza) y Oscar Castillo (Catamarca).

Peronismo Federal (1): Roxana Latorre (Santa Fe).

Otros bloques (8): Rubén Giustiniani (Santa Fe), Samuel Cabanchik (Capital Federal), María Eugenia Estenssoro (Capital Federal), María Rosa Díaz (Tierra del Fuego), José Martínez (Tierra del Fuego), Luis Juez (Córdoba), Norma Morandini (Córdoba) y Ana Corradi de Beltrán (Santiago del Estero).

Votaron por el No (27)

Frente para la Victoria (7): Rolando Bermejo (Mendoza), Adriana Bortolozzi (Formosa), César Gioja (San Juan), Guillermo Jenefes (Jujuy), Luis Viana (Misiones), Daniel Pérsico (San Luis) y José Mayans (Formosa).

Peronismo Federal (4): Roberto Basualdo (San Juan), Sonia Escudero (Salta), Hilda Chiche Duhalde (Buenos Aires) y Liliana Negre de Alonso (San Luis).

UCR (12): José Manuel Cano (Tucumán), Mario Cimadevilla (Chubut), Josefina Meabe (Corrientes), Blanca Monllau (Catamarca), Laura Montero (Mendoza), Ramón Mestre (Córdoba), Luis Naidenoff (Formosa), Roy Nikisch (Chaco), José María Roldán (Corrientes), Arturo Vera (Entre Ríos), Pablo Verani (Río Negro) y Juan Carlos Marino (La Pampa).

Otros bloques (4): Juan Pérez Alsina (Salta), Carlos Verna y María de los Ángeles Higonet (La Pampa) y Horacio Lores (Neuquén).

Ausentes (9)

Marina Riofrío (Frente para la Victoria-San Juan) y Ada Rosa Iturrez de Capellini (Frente Cívico-Santiago del Estero) de viaje a China. Carlos Menem (Peronismo Federal-La Rioja) se presentó en el Senado, pero se retiró al mediodía por un malestar. Elida Vigo (Frente para la Victoria-Misiones) y Sergio Mansilla (Frente para la Victoria-Tucumán) no estuvieron durante todo el día en la Cámara alta. Emilio Rached (UCR-Santiago del Estero) se retiró por un fuerte malestar. Carlos Reutemann (Peronismo Federal-Santa Fe), Adolfo Rodríguez Saá (Peronismo Federal -San Luis) y Juan Carlos Romero (Peronismo Federal-Salta) se levantaron antes de realizar la votación.

Abstenciones (3):

Frente para la Victoria (1): Fabio Biancalani (Frente para la Victoria-Chaco).

Otros bloques (2): María José Bongiorno (Bloque por los Rionegrinos-Río Negro) y Graciela Di Perna (Peronismo Federal-Chubut)

Nada en la vida ocurre por casualidad...

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Si un día, al despertar, te encontras al lado de la cama , un lindo paquete envuelto con cintas coloridas, lo abrirías, antes de lavarte la cara, rasgando el papel curioso para ver lo que hay adentro...

Tal vez encuentres dentro algo que no te gusta mucho...entonces guardarías la caja, pensando que hacer con aquel regalo aparentemente “inútil”...

Pero, si al día siguiente hay otra caja, una vez más la abrirías corriendo y si esta vez encontraras algo que te gusta mucho...

Un recuerdo de alguien distante... una linda ropa que viste en una vidriera ... la llave de un nuevo coche ...un abrigo maravilloso para los días de frío...o simplemente un ramo de flores de alguien que se acordó de vos...

....Sabés? eso ocurre todos los días, pero nosotros no lo percibimos...

Todos los días cuando despertamos ahí esta, en frente nuestro, una caja de regalo enviada por DIOS para nosotros: un día enterito para usarlo de la mejor forma posible !

A veces , viene lleno de problemas , cosas que no conseguimos resolver: tristezas , decepciones , lágrimas...

Pero otras veces , viene lleno de sorpresas, alegrías, victorias y conquistas...

Lo más importante es que , todos los días , DIOS envuelve para nosotros, mientras dormimos, con todo cariño, nuestro regalo : EL DÍA SIGUIENTE !

ÉL acerca a nuestros días paquetes con cintas coloridas, no importa lo que esté por venir....

A ese día, cuando despertamos lo llamamos presente (REGALO)

El regalo de DIOS para nosotros.

No siempre ÉL nos manda lo que esperamos o queremos...

Pero ÉL siempre , siempre y siempre nos manda lo mejor, lo que precisamos que es más de lo que merecemos...

Abrí tu REGALO todos los días, agradeciendo primero a quién te lo envió, sin importarte lo que viene adentro del “paquete”

Sin duda , Él no se engaña en la remesa de los paquetes.

Si no vino hoy el paquete que esperabas.... espera...

Abrilo mañana con más cariño, pues en cualquier momento , los sueños y planes de DIOS llegarán para vos envueltos en el regalo...

DIOS no atiende nuestras voluntades ... y si nuestras necesidades... MENOS MAL !

Que sientas la “PRESENCIA DE DIOS “, y que su regalo te traiga mucha paz, experiencia con DIOS y esclarecimiento sobre lo mucho que todavía tenemos que aprender con ÉL y por ÉL...

sábado, 10 de julio de 2010

Una docena de ventajas de aproximarse y/o llegar a los 50/55/60 o algo más:

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1. Te importa una mierda el curriculum.

2. Si eres parte de un grupo de rehenes, serías de los primeros en ser liberado.

3. Nadie te pide que entres a rescatar personas de un edificio en llamas.

4. La gente ya no te considera hipocondríaco, ahora sí estás enfermo.

5. No temes a las caídas en el largo y difícil camino de la vida, casi todas ya te las has dado.

6. Tu inversión en seguros médicos comienza a rendir frutos, ahora vas muy seguido.

7. Tus articulaciones pronostican el tiempo mejor que los meteorólogos.

8. Tu rotación de neuronas activas llegó, por fin, a una cantidad manejable.

9. Puedes vivir sin sexo, pero no sin tus lentes.

10. Si haces una fiesta, tus vecinos no se enteran.

11. La ropa que te compras ya no pasa de moda nunca.

12. Los pecados capitales han cambiado, todos.

Dentro de un rato  no recordarás donde mierda lo leíste, pero tampoco te importará.

“Invitando a la búsqueda del bien común”

Declaración de los obispos de la Región Patagonia-Comahue (Junio de 2010)

Introducción

El debate instalado a nivel nacional acerca de la reforma del Código Civil para permitir el acceso al matrimonio de personas del mismo sexo nos convoca a la participación y al diálogo con todas las instituciones, organizaciones y personas de nuestra sociedad que se sienten involucradas en la búsqueda del Bien Común.

Somos concientes de integrar una sociedad pluralista en la que se tiende a posicionar la riqueza de la diversidad y la expresión de posturas divergentes. Nos une a todos, sin embargo, el mismo suelo y sentimiento de Patria en la que queremos construir una Nación libre, justa, solidaria, con futuro, sin exclusiones ni discriminaciones, donde todo ser humano tenga acceso a las condiciones que le posibiliten una vida digna y feliz. De hecho nadie podrá sentirse plenamente realizado mientras haya otros semejantes estigmatizados por los prejuicios de cualquier signo, o discriminados por su condición sexual, étnica, social, cultural, política o religiosa.

En un Estado democrático y pluralista, como el que se va afirmando en nuestro país, muchas divergencias y posiciones hoy encontradas deben hallar su justo marco de convivencia a través de un diálogo maduro, sincero y constructivo, que permita la expresión de todos, la escucha del otro, el discernimiento de lo que hace al Bien Común, y la correspondiente toma de decisiones en la instancia adecuada, con la legislación que establezca los derechos y deberes de todos los ciudadanos.

Dentro de esta perspectiva queremos escuchar y ser escuchados, abiertos a entender las razones de los demás y prontos a dar las razones que explican o motivan nuestras posturas públicas, nuestros principios y nuestras opciones profundas de conciencia.

1. Matrimonios de personas del mismo sexo

a. Creemos que, en este marco, el tratamiento del Proyecto de Ley de  Matrimonio de personas del mismo sexo ha sido impuesto a la población sin la adecuada atención a su substrato más genuino y profundo, su patrimonio cultural y su escala de valores. Se pretende dar una respuesta a una aspiración de un sector de la población que necesita salir de una cierta marginación social y que busca lograr algunos derechos y deberes que, dice, le corresponden como ciudadanos y como miembros de la familia humana. Se desconoció, sin embargo, una metodología y estrategia más integradoras y respetuosas de todos. Un tema de esta envergadura debía estar en la carta de presentación pre-electoral, y debía debatirse con una participación real del pueblo argentino, donde se pudieran expresar no solo sentimientos, sino también las razones y principios que sustentan los fundamentos de nuestra sociedad, el respeto auténtico de las personas, el código de convivencia y la garantía del Bien Común, por encima de los intereses individuales o particulares, por encima de presiones de cualquier tipo, evitando todo aquello que se dice para descalificar  posturas y razones distintas. Esta manipulación es grave, y desmerece la calidad de un Estado democrático y pluralista.

b. Como Pastores de la Iglesia , que considera al Matrimonio y a la Familia como un bien fundante de una sociedad sana y armónica, y que le reconoce además un carácter sagrado, podríamos hablar de lo que  es propio y particular de la visión católica de dicha realidad. Se trata de un don que gozan quienes, creyendo en Jesucristo, abrazan el camino de la Iglesia Católica , que tiene su origen en Cristo y en los Apóstoles,  iluminados por la Palabra de Dios en la lectura fiel que hace el Magisterio de la Iglesia. Bajo esta luz, el Matrimonio es un bien público, no imponible; por eso lo testimoniamos, lo anunciamos y lo ofrecemos a la libertad humana, con humildad y convicción, al margen de este debate. Aquí preferimos no  hacer hincapié en el patrimonio religioso eclesial, sino remitirnos a aquellos principios universales que nos unen a todos y son anteriores al origen de la Iglesia y del Estado. Son principios instalados en el camino mismo de la humanidad, en todos los tiempos y culturas, con algunos elementos permanentes a pesar de muy diversas formas de realización. Sobre esos ejes firmes se ha inspirado y debe seguir inspirándose la ley para garantizar el bien común del matrimonio y de la familia, sin desigualdades ni uniformidades jurídica y prácticamente discriminatorias. Con mayor razón hay también que excluir de este debate los intereses coyunturales y partidarios, pues se alejan de la noble causa que pregonan de querer tutelar tanto los derechos básicos de las personas como el Bien Común.

c. Las consideraciones que podamos hacer sobre la Ley de Matrimonio incluye y supera, además, la perspectiva de la sexualidad humana. No sería justo reducir el matrimonio, que es un bien público, a la sola categoría de comunidad afectiva y de vida compartida en pareja sin ninguna otra proyección social. Es más. Es la célula en la que el varón y la mujer se encuentran en comunión de cuerpo, alma y proyectos, para ser felices y crecer como personas, en una donación recíproca y complementaria, proyectada en la transmisión de la vida, aportando a la sociedad el don de nuevos hermanos y ciudadanos. Se trata de una vinculación en pareja que exige determinadas condiciones biológicas, psicológicas y espirituales para poder ser, por lo menos intencionalmente, una realidad plenamente integrada e integradora de la persona, entendida esta como sujeto individual y social, implicado en el proyecto de engendrar hijos a la Patria. Ninguna otra conformación de pareja, que no incluya la diversidad y la complementariedad de sexo masculino y femenino, puede ofrecer descendencia a la raza humana, y con ello los demás bienes de una sociedad que crece, se renueva y proyecta en el futuro. Toda continuidad biológica, al margen de esta perspectiva,  estará sujeta a la concepción de la vida fuera de la esfera matrimonial, dejando al desamparo y a la indefensión (total o parcial) el ser humano engendrado.  A partir de esto, juzgamos que equiparar jurídicamente, bajo la noción de matrimonio, la situación de parejas del mismo sexo, es uniformar dos realidades diversas en desmedro de lo que es realmente el matrimonio. Es establecer, jurídica y prácticamente, una nueva forma de discriminación. En este caso se le niega al Matrimonio su diversidad, tal como nos fue dado en la naturaleza, y tal como se lo concibe y llama en la totalidad de las naciones y de las culturas. Se le niega lo específico y esencial. Se le niega su característica más significativa y calificadora que hacen del mismo un bien social, que trasciende la esfera de lo privado. Ninguna legislación internacional (ni recomendaciones, ni fallos) ordena incluir bajo el concepto de matrimonio las uniones de personas del mismo sexo, sino que, respetuosa de la diferencia, recomienda solo  la no discriminación de las personas por su orientación sexual. Plantear el acceso de las uniones de personas del mismo sexo al matrimonio como superación de una discriminación es falso y agraviante. Discriminar significa tratar en forma desigual a dos realidades que son iguales. Ahora bien, la unión de  personas del mismo sexo no es igual a la alianza matrimonial de un varón con una mujer. Los problemas reales de discriminación entre personas no pasan por ahí, y deben ser resueltos en la verdad y la justicia de manera que no se añada una nueva rasgadura en el tejido social de la Nación Argentina.

d. El matrimonio es un bien de la humanidad, altamente valorado, y lo es también de nuestro acerbo cultural y nacional. Lo es de hecho y constitucionalmente. Como tal es algo esencial al Bien Común de los argentinos. No podríamos negarlo sin erosionar los cimientos mismos de nuestra unidad e identidad nacional. Por lo tanto, toda legislación a favor de personas o sectores particulares, cuya opción de vida sea distinta, deberá encuadrarse de tal manera que no afecte directa o indirectamente un bien que es esencial para todos.

2. Tarea de los legisladores

Cualquier legislación sobre las uniones de personas del mismo sexo, a nuestro entender, debería:   *  respetar la especificidad del matrimonio como tal, por la tanto no se las puede  equiparar sin crear una nueva y dolorosa discriminación; tener en cuenta que el Bien Común está por sobre el bien particular de personas y grupos que hicieron una opción de vida distinta. Este principio vale también para otras expresiones sociales, culturales, políticas y religiosas que son particulares.

A los legisladores compete el deber de despojarse de sentimientos, intereses y presiones particulares, para legislar en armonía con  el todo. Les compete también ser creativos para buscar respuestas nuevas y adecuadas ante planteos y sensibilidades, viejos o nuevos, que reclaman una justa superación de formas históricas discriminantes, evitando la confusión conceptual y la homogenización formal de lo que debe ser respetado en su diversidad.

Los legisladores están al servicio de un proyecto global de Nación, para que sea una realidad el bien, la dignidad y la felicidad del conjunto del pueblo argentino y de cada persona que lo integra, sin someter a nadie, ni sacrificar la riqueza de su legítima diversidad.

Solo un acierto real en este ámbito afianzará una convivencia respetuosa de los argentinos, que supere toda clase de prejuicios hoy existentes, para construir un futuro más justo y solidario. La confrontación hoy existente no lo soluciona la sola ley, si la misma no va aparejada  a una visión antropológica adecuada en el claro respeto de las diversidades.

3) Adopción

De no menor importancia es también el tema de la pretensión de Adopción de Niños por parejas del mismo sexo. Creemos que nadie tiene derecho a adoptar. Todo lo contrario: es el niño quien tiene derecho a una familia, tal como se lo reconoce la Convención Internacional sobre los Derechos de la Infancia , preámbulo, parágrafo 5º. No puede anteponerse un pretendido derecho de los adultos al derecho real prioritario de los niños, que deben ser los únicos privilegiados.

El ámbito natural que les corresponde para crecer, desarrollarse, autoafirmarse, formarse y proyectarse felizmente es el ámbito donde tuvieron origen: la familia natural y, en su defecto, un ámbito similar donde tenga papá y mamá. La existencia de situaciones que no contemplen esta exigencia básica, por la muerte o por la ausencia de uno o ambos progenitores, son siempre respuestas precarias; están lejos de ser una solución adecuada.

La Declaración de los Derechos del Niño (art. 8º, punto 1) dicen que “los estados se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad. Incluyendo en ella la nacionalidad, el nombre y sus relaciones familiares”.  La psicología destaca que la identidad es la construcción dinámica de la conciencia de uno mismo a través de relaciones inter-subjetivas.  El niño para poder ir definiendo su identidad necesita, desde la primera infancia, interactuar con progenitores, tutores o padres adoptivos de diferente sexo. Necesita tener “modelos” contrastables, no equiparables. Cuando le falta un progenitor (por viudez, separación u otro motivo) el niño padece dicha carencia, que a veces es fuente de desajustes personales. Esta situación se agravaría  si se le añade la confusión de afrontar dos figuras equiparadas. El respeto por las diferencias no autoriza a proponer este modelo a infantes que deben construir su identidad.

Aunque existiesen casos de parejas del mismo sexo que adoptaron chicos y la experiencia ha sido positiva, no se puede legislar a partir de casos de excepción.

El Estado tiene el deber de tutelar los derechos primordiales del niño, y revisar y destrabar la burocracia que impide que tengamos en Argentina una Ley de Adopción más ágil y eficaz en orden al bien de niños que carecen de hogar.

4. Conclusión

Por todo lo arriba expresado, rechazamos el Proyecto de Ley que pretende legalizar las uniones de personas del mismo sexo equiparándolas al matrimonio y confiriéndoles el derecho de adopción de niños. Por otra parte, los reclamos de este sector, sobre asuntos de interés recíproco, pueden ser bien atendidos en el ámbito del derecho privado, como suele ser para cualquier grupo, asociación o institución particular.

Al concluir esta presentación, no quisiéramos que este tema hoy agotara la fuerza y la amplitud de horizontes y de compromisos  de la sociedad argentina, especialmente de su clase política y de sus legisladores. Creemos que en la agenda del debate nacional merecerían tener prioridad muchos otros temas que tienen que ver con el compromiso a favor de la vida plena para todos, la defensa de la dignidad de la persona, la construcción de una sociedad más feliz, justa y reconciliada, los caminos de pacificación, la educación, donde se garantice la igualdad de oportunidades de desarrollo para todos, y el cuidado del medio ambiente y de toda la creación.

Hemos querido reflexionar en voz alta como simple ciudadanos, pero también como pastores que quieren achicar las distancias entre las posturas particulares, acentuando el Bien Común, reconociendo la riqueza de la pluralidad, sin ocultar la propia identidad, con gran respeto por los que tienen razones fundadas para aportar algo distinto, con mayor respeto aún por los sectores de hermanos y hermanas con distinta orientación y opción de vida afectiva y sexual.  Prima sobre todo el respeto y amor por su persona que para nosotros es sagrada, tanto más que a muchos de ellos y de ellas los reconocemos como hijos de la Iglesia y miembros del Cuerpo de Cristo. A ellos/as ofrecemos desde nuestro ministerio, toda aquella apertura y atención personal que le permita un siempre mayor acercamiento a Jesucristo, concientes de la común igualdad en dignidad humana y en el destino trascendente de nuestra vida.

Junio del 2010

Virginio D. Bressanelli, scj, obispo Coadjutor de Neuquén

Marcelo A. Cuenca, Obispo del Alto Valle del Río Negro

Esteban M. Laxague, sdb, obispo de Viedma

Fernando C. Maletti, obispo de San Carlos de Bariloche

Marcelo A. Melani, sdb, obispo de Neuquén

Juan C. Romanín, sdb, obispo de Río Gallegos

José Slaby, c.ss.r, obispo de la Prelatura de Esquel

Joaquín G. Lahoz, administrador Diocesano de Comodoro Rivadavia

Néstor H. Navarro y José P. Pozzi, obispos eméritos del Alto Valle del Río Negro

DUDA GRAMATICAL

 

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Un maestro explicaba que los sustantivos tienen género y se designan como

masculino o femenino. La casa es femenino. El lápiz es masculino.

Un estudiante preguntó:
¿Cómo se debe decir, computadora o computador?
En lugar de dar una respuesta, el maestro dividió la clase en dos grupos:
varones por un lado y mujeres por el otro, y les pidió que decidieran si

la computadora o el computador debe ser masculino o un nombre femenino.
Le pidió a cada grupo que fundamentaran su decisión

en al menos 4 argumentos.
El grupo de los hombres decidió que la computadora debe

ser, definitivamente, del género femenino (la computadora)

porque:

1- Casi nadie entiende su lógica interna.
2- El idioma nativo en que ellas se comunican entre sí es

incomprensible para todos los demás.
3- Incluso los errores más pequeños se guardan en memoria

de largo plazo para su posible revisión mucho tiempo después.
4- En cuanto usted tenga una, se encontrará gastando al

menos la mitad de su sueldo en accesorios para ella.
El grupo de las mujeres, sin embargo, concluyó que los

computadores deben ser masculinos (el computador) porque:
1- Para hacer algo con ellos, usted tiene que encenderlos.
2- Ellos almacenan muchos datos, pero todavía no pueden

pensar por sí mismos.
3- Se supone que ayudan a resolver los problemas, pero la

mayor parte del tiempo, ellos son el problema.
4- Apenas usted tenga uno, comprenderá enseguida que,

si hubiera esperado un poco más, podría haber conseguido otro mejor.

El celular de Hansel y Gretel

por Hernán Casciari

(autor de la obra "Mas respeto que soy tu madre" que interpreta con tanto exito Antonio Gasalla)

Anoche le contaba a mi hijita Nina un cuento infantil muy famoso, el de Hansel y Gretel de los hermanos Grimm.
En el momento más tenebroso de la aventura, los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un  sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer.
Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: 'No importa. Que lo llamen al papá por el celular'.
Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura -toda ella, en general- si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años.
Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto
antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.
¿Ya está?
Muy bien. Ahora ponga un celular en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un  teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de  texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.
¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier  sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un  carajo?.
La Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las viejas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor.
Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.

Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria.
Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam.
Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica.

Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí.
Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana.
Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han  tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.
Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el  bolsillo de la camisa.
La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar,  se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler).
Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis:
M HGO LA MUERTA,
PERO NO TOY MUERTA.
NO T PRCUPES NI
HGAS IDIOTCS. BSO.
Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción 'Banda ancha móvil' de Movistar.
Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados.
La tecnología, por ejemplo, habría  desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría 'Cien años sin conexión': narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmornig) pero a  nadie le funciona el Messenger.
La famosa novela de James M. Cain -'El cartero llama dos veces'- escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría 'El gmail me duplica los correos entrantes' y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su  esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.
Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, 'Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura', la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.
En la obra 'El jotapegé de Dorian Grey', Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.
La bruja del clásico Blancanieves no consultaría todas las noches al espejo sobre 'quién es la mujer más bella del mundo', porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90 la conexión y 0,60 el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.
También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi.
Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su  amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.
Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa. La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche la Nina, sin querer- nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.
Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora?
No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá.
Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador.
¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje binario, una alarma.
Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan.
Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas, incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.

Nota: Hernan Casciari es el

Ganó Argentina

 

No dudamos de que el título y el desarrollo de este artículo van a ser polémicos.

A pesar de haber caído por goleada alemana en el campeonato mundial de fútbol de Sudáfrica 2010, Argentina ha ganado.

Perdió un seleccionado que llevaba nuestros colores por fuera, pero que tenía la impronta kirchnerista por dentro. La señora presidente soñaba con la Plaza de Mayo atestada de incondicionales admiradores (de los que vienen por el "jornal" de vino y sándwich), y un balcón compartido con Néstor, Maradona y Estela de Carlotto, entre otros emblemas de la "cultura" nacional actual. Una imagen que quedaría en la memoria colectiva por años y años. Choripán y circo del bicentenario. Ni pensar lo que hubiera sido el palco en Johannesburgo, con el discurso de la victoria del "modelo económico, político, social y deportivo" de Kristina -que todo el planeta debería implementar inmediatamente-, en caso de haber ganado el campeonato.

El fútbol es un deporte y, esencialmente, un juego. Pero ciertos países -y el nuestro no es la excepción- lo toman como una guerra, en la que los triunfos significan una conquista incuestionable del "modelo de gobierno" de turno. Así en 1978 como en 2010.

No. Argentina no perdió. Ha obtenido un triunfo resonante como país democrático. Hemos dado un paso adelante y no un paso atrás en nuestro camino por Institucionalizar con seriedad el país.

Don Diego, después de violentarse con algunos simpatizantes alemanes, se retiró humillado del estadio. Nosotros nos hemos sentido humillados desde el comienzo de esta ridícula puesta en escena.

Nos humillan los 600 millones destinados al fútbol y robados a los jubilados.

Nos humilla un presidente vitalicio de la AFA que no ha hecho más que vivir del erario público. Nos humillan los cientos de miles de decodificadores pagados con el sudor de los que trabajan y distribuidos a la "clientela" electoralista.

Nos humilla un director técnico soberbio, pedante y maleducado, que está convencido de que es dios. Nos humilla la presencia de Estela de Carlotto en Sudáfrica para autopromover su indecente candidatura al Premio Nobel de la Paz.

Nos humillan los barras bravas, cuya presencia en el continente africano "nadie" puede explicar, como tampoco su conducta violenta y su consecuente deportación.

Diego Armando Maradona fue en otra época, y sin duda alguna, un superdotado en sus piernas, aunque las dotes en el otro extremo de su cuerpo parecen inversamente proporcionales. A él le debemos una copa mundial obtenida con trampa, por la viveza criolla que pasó a la historia como "la mano de Dios", y también la bochornosa expulsión de otro mundial a raíz de su adicción a las drogas.

No llama la atención lo que los diarios del mundo publican ahora sobre "el 10". Queda claro que es repudiado en todo el universo, a excepción de su país natal. Simplemente está cosechando su siembra: el fruto de su desprecio histórico hacia el resto de los mortales.

Ser excluidos del campeonato mundial de fútbol significó quitarles el caramelo de la boca al populista matrimonio presidencial, al inmoral presidente de la AFA, a la dudosa abuela Carlotto y al fracasado Director Técnico de la selección nacional.

Maradona ha dejado sin libreto a la presidente y a su cohorte de funcionarios inútiles y corruptos. ¿Qué hará ahora la primera magistrada? ¿Cómo seguirá la obra? ¿A quién acusará de haberle "secuestrado los goles"? ¿A la FIFA? ¿A los sudafricanos? ¿A Messi?

A Maradona, ciertamente no.

A Maradona sólo le cabe la derrota de la selección nacional en la copa del mundo e, irónicamente, el extraordinario triunfo de Argentina.

sábado, 3 de julio de 2010

Diez razones de la eliminación de Argentina

La Selección nunca estuvo cerca de la clasificación ante Alemania. Un equipo desordenado y un cuerpo técnico que tomó malas decisiones.

Argentina-Alemania, en el Green Point

Argentina-Alemania, en el Green Point

¿Por qué diez? Ese numerito caprichoso que tanto se vio en este Mundial relacionado con Argentina. Porque Diego Maradona es el diez, porque Lionel Messi heredó el diez, porque se esperaba un torneo redondo y perfecto. Por eso 10. Diez razones que explican la lenta y dolorosa eliminación de la Selección del Mundial de Sudáfrica.
1: Un cuerpo técnico incapaz de resolver situaciones. Diego Maradona hizo un curso acelerado, y lo reprobó. Nunca encontró el equipo. No instaló una ideología de juego y pocas veces acertó con los cambios. Fue claro, en cada presentación de Argentina en el Mundial, volantes lejos de los delanteros. Messi recibiendo la pelota detrás de la mitad de la cancha. Nunca logró conexión en la transición de una posición defensiva a una ofensiva. Toda la responsabilidad recayó sobre Messi, y Messi no es Maradona. Ante Alemania, recién con el partido 0-2 el técnico decidió el ingreso de Javier Pastore. Cuando ante México se había notado el mismo problema y fue el ex Huracán el que mostró las mejores credenciales para ser el socio de Messi en el triunfo sobre Grecia.

2: Maradona se equivocó en la convocatoria. Quedó en evidencia el técnico. Dejó afuera a Esteban Cambiasso y se peleó con Juan Román Riquelme. Encima se deshizo de Javier Zanetti, de una temporada brillante. ¿Y qué pasó con el lateral derecho en el Mundial? Primero improvisó con Jonás Gutiérrez, que terminó saliendo del equipo. En su lugar fue Nicolás Otamendi y el pibe de Vélez tuvo un partido pésimo ante Alemania, una de las claves de la derrota. No es culpa de Otamendi, un central con poca experiencia llamado a ser bombero para tapar agujeros. Además, Maradona convocó a Ariel Garcé y el Chino no jugó ni un minuto en el Mundial.

3: Una defensa desordenada. Dijo Maradona, poco después de asumir como técnico de la Selección: "Conmigo Heinze juega de central". Y en el Mundial, Heinze fue el lateral izquierdo de un equipo que no tuvo salida desde el fondo. Heinze fue lo más flojo de la Selección en la Copa del Mundo. Por otro lado, el cuerpo técnico informó que Walter Samuel estaba recuperado para volver ante México, pero el central le había comunicado a Maradona que no se sentía pleno para jugar. Se expuso a Samuel y después perdió el puesto con Burdisso para el partido con Alemania.

4: Un mediocampo sin juego. Maradona eligió a Mascherano como capitán. "Masche más diez", era la frase. Y el volante del Liverpool (que terminó jugando como lateral derecho en Inglaterra) tuvo una temporada muy floja. En el Mundial, nunca estuvo preciso y pegó más de lo que jugó. Corrió como ninguno, pero le faltó panorama. Algo que le podría haber dado Mario Bolatti al equipo, un jugador preciso y con mucho más juego, que vio casi todo el Mundial desde el banco de suplentes. Una asignatura pendiente ver a Mascherano complementarse con Bolatti.

5: Un Messi maltratado por las malas decisiones de su entrenador. "Yo le doy libertad a Lio para que juegue cerca de la pelota", había dicho Maradona ayer en la conferencia de prensa en el Green Point de Ciudad del Cabo. Una frase que delata la incapacidad de Maradona como técnico. Messi, el goleador de Europa con 43 tantos, no pisó el área en el Mundial de Sudáfrica. Recibió la pelota siempre lejos del arco y tuvo que intentar generar todo el juego de ataque del equipo. El mejor jugador del mundo, desaprovechado.

6: La interna en el plantel. Porque Carlos Tevez se enojó cuando nadie se acordó del cumpleaños de Javier Pastore y todos festejaron el de Lionel Messi. Porque Juan Sebastián Verón y Jonás Gutiérrez le reclamaron al técnico por haberlos sacado del equipo. Porque Walter Samuel desató su bronca cuando mancharon su nombre en la previa del partido ante México.

7: Cuando los jugadores descubren que Papá Noel no existe. Porque Maradona pasó de ser esa figura divina a un mortal más, de carne y hueso. Porque sin un plan de juego, sin una ideología, sin convicciones, sin un mensaje, no se puede ganar un Mundial. Porque Maradona apostó todo a la motivación y los jugadores no son tontos. Dejaron de creer en el regalo abajo del árbol. Perdieron la fe.

8: Un rival superior. Alemania fue superior a Argentina. No hay dudas. No hacía falta que el resultado fuera de 4-0, aunque le da mayor validez. Porque con una idea para atacar (dos toques cortos y uno largo) le alcanzó para aplastar a una Selección que nunca supo cuál era el camino.

9: Al final Schweinsteiger tenía razón. Dijo el volante alemán que los "argentinos intentaban sacar ventajas siendo prepotentes y hablando con los árbitros". Dieron vuelta la cara cuando ante México Tevez abrió el partido con un cabezazo en clara posición adelantada. Y con Alemania, cuando Higuaín tocó al gol (había cuatro jugadores adelantados), todos se quejaron.

10: Lo dijo Verón tras la clasificación ante Uruguay: "Hay cosas que tienen que cambiar". Y no cambió nada. "Desde la cabeza, hasta el último jugador de las Eliminatorias". ¿Qué cambió? Primero hay que reencontrar la identidad perdida. Esa que se perdió tras una renuncia cargada de dudas de Alfio Basile.

Faltan cuatro años para volver a soñar.